Uff, Navidad, que alegría; amigos y familias todos se reencuentran. Salen a comer fuera, buscan regalitos, viven el espíritu navideño; y compran felizmente.
Camareros y dependientes sufrimos sus "consecuencias"; sí, realmente es un coñazo tener que ponerle un café a toda la gente, o servirles la comida mientras te miran con su cara de mala leche.
Perdonen estimados clientes, que los que trabajamos los días de fiesta, bastante tenemos con lo nuestro. Así que un poquito de paciencia en las largas colas que se arman en Nochebuena, o Nochevieja, o en Navidad; que les invada el espíritu de la felicidad y las buenas formas!
Un trabajador harto.
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